Las baterías de iones de litio son una tecnología de eficacia probada para aplicaciones de automoción, y la tendencia hacia los vehículos eléctricos hace que la producción y el desarrollo continuo de sistemas de almacenamiento de energía de iones de litio sea una industria en crecimiento. En las pruebas de baterías de coches eléctricos, las cámaras de pruebas de abuso de baterías de iones de litio deben ofrecer condiciones de prueba según las normas de pruebas de abuso de baterías de iones de litio reconocidas internacionalmente para garantizar la seguridad de los bancos de energía producidos.
Las normas elaboradas por la CEI, ISO, SAE, CEN y CENELEC, entre otros organismos, ayudan a regular el uso de baterías en vehículos eléctricos, con un acuerdo en la UE y EE.UU. de Cooperación Transatlántica sobre Normas para Vehículos Eléctricos para evitar normas de seguridad de baterías contradictorias.
Las aplicaciones cada vez más grandes requieren sistemas de almacenamiento que tengan un contenido energético muy alto y suministren un alto nivel de potencia. La comprobación de las baterías según las normas y clasificaciones de seguridad de baterías, el nivel de riesgo EUCAR, requiere la simulación de una serie de condiciones abusivas, como sobrecarga, cortocircuito, deformación física, cambios bruscos de temperatura y otras condiciones climáticas, como simulaciones de condiciones de humedad.
Los sistemas de propulsión alternativos son un componente central del futuro de la automoción. En comparación con otros sistemas de almacenamiento móviles, las baterías de iones de litio y la tecnología de pilas de combustible se han consolidado. Un sistema de almacenamiento de energía debe ser lo más seguro posible. Las cargas externas, por ejemplo, causadas por temperaturas altas o bajas, cambios rápidos de temperatura, humedad, cargas mecánicas o influencias corrosivas, no deben provocar fallos o reacciones no deseadas.
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