Selección de la materia prima: Se seleccionan raíces de regaliz de alta calidad como materia prima para la extracción. Las raíces de regaliz contienen glicirricina, el principal compuesto activo responsable del sabor dulce y las propiedades medicinales del regaliz.
Limpieza y lavado: Las raíces de regaliz se limpian y lavan a fondo para eliminar cualquier resto de suciedad, residuos o impurezas.
Corte y trituración: Las raíces de regaliz limpias se cortan en trozos más pequeños o se muelen hasta obtener un polvo grueso. Esto aumenta la superficie y facilita el proceso de extracción.
Extracción: Las raíces de regaliz cortadas o molidas se mezclan con un disolvente adecuado, normalmente agua o etanol. El proceso de extracción puede llevarse a cabo mediante diversos métodos, como la maceración, la percolación o la extracción por reflujo. El disolvente ayuda a disolver y extraer los compuestos activos, incluida la glicirricina y otros componentes beneficiosos.
Filtración: Tras la extracción, la mezcla líquida se filtra para eliminar partículas sólidas, fibras vegetales o impurezas. Este paso garantiza la claridad y pureza de la solución extraída.
Concentración: El extracto filtrado se concentra para aumentar la concentración de compuestos activos. Esto puede lograrse mediante métodos como la evaporación o la destilación al vacío, que eliminan el disolvente y concentran los componentes deseados.
Purificación: Dependiendo del método de extracción y de la pureza deseada, se pueden emplear otros pasos de purificación. Éstas pueden incluir técnicas como la precipitación, la adsorción o la cromatografía para aislar y purificar compuestos específicos.
Secado: El extracto concentrado y purificado se seca para eliminar cualquier resto de humedad.
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