El proceso general de soldadura fuerte de cerámica y metales puede dividirse en siete procesos: limpieza de la superficie, revestimiento con pasta, metalización de la superficie cerámica, niquelado, soldadura fuerte e inspección posterior a la soldadura.
La limpieza superficial consiste en eliminar el aceite, el sudor y la película de óxido de la superficie del material base. Las piezas metálicas y los materiales de soldadura fuerte se desengrasan primero, después se decapan o se lavan alcalinamente para eliminar la película de óxido, se aclaran con agua corriente y se secan. Las piezas con requisitos elevados deben tratarse térmicamente en un horno de vacío o de hidrógeno (o método de bombardeo iónico) a una temperatura y tiempo adecuados para purificar la superficie de las piezas. Tras la limpieza, las piezas no deben entrar en contacto con objetos aceitosos ni con las manos desnudas, y deben pasar inmediatamente al siguiente proceso o colocarse en una secadora. No pueden exponerse al aire durante mucho tiempo. Las piezas de cerámica deben limpiarse con acetona y ultrasonidos, enjuagarse después con agua corriente y, por último, hervirse con agua desionizada dos veces, cada una de ellas durante 15 minutos.
Soldadura directa
Cuando se suelda directamente (método del metal activo), primero debe limpiarse la superficie de las piezas cerámicas y metálicas que se van a soldar, y después ensamblarlas. Para evitar grietas en los materiales de los componentes debidas a los diferentes coeficientes de dilatación térmica, se puede girar una capa intermedia (una o varias chapas metálicas) entre las soldaduras. El material de soldadura fuerte debe intercalarse entre las dos piezas soldadas en la medida de lo posible o colocarse en una posición en la que el espacio se rellene con material de soldadura fuerte, y luego la soldadura fuerte debe realizarse como una soldadura fuerte al vacío ordinaria.
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